El Poeta y la Filosofía. Por Juan Cu y Marie Zamores.

 

Marie Zamores escritora. México.

 

 

Marie Zamores. Escritora. México

Marie Zamores dice: “Pues le diré Juan Cú, al premio nobel de éste año sólo le conozco de oídas, mi interés realmente sería e saber quienes son esos escritores que hacen arte con sus letras, por desgracia hoy editan cualquier cosa y uno que no sabe mucho malgasta el poco dinero intentando hallar esos libros que lo cambian todo….Uff que dificil!!  A mi me parece que no se necesita ser critico o tener una licenciatura en letras para deleitarse con un buen libro, que a mi poco entendimiento no es sino aquel que a uno lo encante y lo haga perderse de éste mundo, viviendo ese otro que esta escrito. El escritor juega un papel importante claro, pero es el lector quién verdaderamente disfruta el libro.

Y entonces, cuando hablo del “arte de escribir” no hago alusión a la maestría, porque se necesita incluso valentía para sentarse a redactar pensando que se tiene algo que decir al mundo y eso ya lo dictará la historia no yo, Que en este arte como en cualquier otro, el éxito no se reconoce sino a futuro.

Usted Juan Cú ya lo ha mencionado, y lo expongo como lo veo; existen demasiados escritores, se publican demasiados libros y las editoriales (las grandes) sólo publicitan aquello que les asegura una victoria más monetaria que cultural. Y vuelvo a decir, a las personas como yo que buscamos el placer de una buena lectura, nos es difícil encontrar esos libros. En lo personal encuentro un autor que me agrada y ese me lleva a otro y a otro, etc.

Eso me lleva a escritores con cierto reconocimiento, pero no a talento joven que muchas veces no goza de toda esta parafernalia mercantilista y me consta porque he conocido, que talento hay mucho y que desafortunadamente no siempre tiene las mejores oportunidades. Pero bueno, que hablen los que saben, porque yo, no se nada.”

 

 

El Poeta es aquél que utilizando «la intuición» busca «revelar» los misterios de la naturaleza así como las complejas emociones que nos definen.

Y la intuición es un estado del alma que parece recuerda el origen de nosotros mismos previa de la facultad de la razón.

El poeta es un constante diálogo entre el lenguaje original y la realidad que huye de nuestras manos.

Contrario al filósofo que pretende racionalizar un mundo complejo, ajustándolo en su caja de conocimientos; el poeta ofrece la simple sugerencia, pero inusitada, del mejor de los mundos posibles.

Saludos, oh, tú Marie Zamores, alma de profeta (poeta), creándole tú, así, al tiempo presente, en éste momento, un detalle al futuro humano y nuestro para hacer de tu propio mundo, como las musas, tu deseo. Juan Cú

Marie Zamores:  Juan Cú porque siempre observan más allá de lo visible es que los poetas salvan al mundo. Gracias!!

 

APÉNDICE

 

Juan Cú

El Principio del Lenguaje Poético. 

Reducir aún más el espacio y cercar, acotar el fenómeno poético hasta el límite de su principio en la breve pero eficaz definición de lenguaje: es decir nombrar es señalar el nombre de las cosas, cosa difícil para el que constantemente renueva su vista (primer oficio del poeta).

Nombrar equivale a significar al otro o aquéllo, el verbo, en este caso, existiría sólo como un “enlace simple” con lo nombrado anteriormente.

En su nacimiento imaginativo, el verbo o movimiento de las cosas en el pensamiento del hombre se utilizó como una herramienta con la que originariamente confronta la realidad que lo rodea. El fenómeno poético tiene que ver con imaginar previamente lo nombrado por el poeta — la imagen pasiva –, es la “prefiguración” de una posible realidad distinta de lo que sus ojos observan detenidamente — la realidad que todos ven –.

De su confrontación –imagen activa (segundo oficio del poeta) –es de lo que la poesía se alimenta. Fin. J.Cú

Nota : El hombre primigenio.

Se enaltece la escritura haciéndola comprensible a los oídos humanos, falta mucho todavía desde el momento en que el primer hombre intuyó, antes del habla, su inusitada existencia en el mundo que lo rodeaba. La poesía será una paradoja entre la comprensión de la escritura, acaso, y el instinto o intuición posible de su existencia (poética) en el lenguaje (de ahí la agradable insinuación del verso como su respuesta). Es un diálogo entre ambos; semejante a un estado primigenio; un diálogo a una voz muda donde la escritura es un simple soporte como lo son las cuerdas vocales al habla.