EL ARTE DE ESCRIBIR A LA ESPAÑOLA SIGLO XVI y XVII.Por Juan Cu

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EL ARTE DE ESCRIBIR A LA ESPAÑOLA SIGLO

XVI y XVII. Ejemplo 1

 
 

Carta de Miguel de  Cervantes al Conde de Lemos 1616

«Ayer me dieron la extremaunción, y hoy escribo ésta; el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y con todo esto llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir y quisiera yo ponerle coto hasta besar los pies de vuesa excelencia: que podría ser fuese tanto el contento de ver a vuesa excelencia bueno de España, que me volviese a dar la vida.

Pero si está decretado que la haya de perder, cúmplase la voluntad de los cielos, y, por los menos, sepa vuesa excelencia este mi deseo, y sepa que tuvo en mí un tan aficionado criado de servirle, que quiso pasar aún más allá de la muerte mostrando su intención, con todo esto, como en profecía, mi alegro de la llegada de vuesa excelencia, regocíjame de verle señalar con el dedo, y realegrarme de que salieron verdaderas mis esperanzas, dilatadas en la fama de las bondades de vuesa excelencia.

Todavía me quedan en el alma ciertas reliquias y asomos de las Semanas del Jardín y del famoso Bernardo, si a dicha, por buena ventura mía, que ya no sana ventura, sino milagro, mi diese el cielo vida, las verá, y con ellas fin de la Galatea, de quien se está aficionando vuesa excelencia; y con estas obras, continuando mi deseo, guarde Dios a vuesa excelencia como puede.

De Madrid, a diez y nueve de abril de mil seiscientos dieciséis años.»

 

Sí, lo atractivo de aquel lenguaje español del siglo XVI y XVII es la concentración de todos los recursos del lenguaje  hacia un tema y rematarlo varias veces sobre si mismo desde todas partes hasta agotarlo; enriquecerlo con la polifonía de la lengua antigua y tradicional de cada provincia de España, sus mejores dichos  e interpretaciones por lo general desde las ciudades importantes por sus autores.

De ahí la gracia a la española, distinta como se hablaba aquí en la Nueva España, empezaba a nacer en México su lenguaje criollo (mezcla) que se irá convirtiendo en mestizo en el andar del tiempo; la antigüedad prehispánica fue prohibida.

El ejemplo sería este:

cuando el escritor novohispano (s. XVII) avanzaba en un tema literario buscaba en su escritura sino la mala imitación a la manera española, si una escritura justa y sin circunloquios.  

(La imitación del lenguaje español de la península europea en México siempre fue y será un fracaso. (Véase a Bernal Díaz del Castillo su Historia Verdadera…, o los escritos de la  monja Sor Juana, entre otros)

Cuando no se imitaba, los escritores (criollos) nacidos en México del siglo XVII ofrecían la salida y solución al tema de la escritura en forma directa, recta.La solución nacía de la lógica y de su austera economía de lenguaje, y su prurito criollo por definir el escritor cuanto antes aquello del tema sustantivo evitando los circunloquios o vueltas que lo detenían, se le considera un error de la buena escritura. (Así se pensaba y se piensa hasta ahora del circunloquio en latino américa, nos tocó en América la época de la Ilustración francesa y no el renacimiento italiano )

En cambio, allá en España en el s. XVI y XVII, se creaba un largo laberinto literario alrededor del tema de la escritura, arriesgando perderse (este es el estado lúdico de la escritura) contrario a a lo que se piensa se disfrutaba el escribirlo de esa forma cuantas veces fuera necesario  porque esa escritura fomentaba y agotaba el recurso artístico. El arte es de quien lo conoce y sabe donde encontrarlo.

Su extremo fue don Luis de Gongora y Argote, ignorado 300 años. Fue reconocido muy tarde a principios del siglo XX. Parece que así entendían la literatura en el siglo XVI y XVII, como la definición del verso:
que debe escribirse y regresar hasta clarearse el sujeto del verso, esa es la definición original de verso: ida y vuelta, regreso, por aquello de que el verso nunca va sólo, sino siempre muy acompañado.  J.Cú